Este breve cuestionario, contestado por Andreas Faber-Kaiser en 1985, fue elaborado por Juan José Benítez para que lo respondieran determinados autores/investigadores ovni. Es con su autorización que ahora lo reproduzco, haciéndolo público por vez primera, ya que aporta datos interesantes sobre la línea de investigación de AFK.
A principios de la década de los 60. Me gustaba observar el firmamento de noche y cavilaba que en aquel inmenso espacio debía de haber otros seres aparte de nosotros. El ansia de entrar en contacto con ellos aumentó con la lectura de noticias en los periódicos de aquella época, que referían avistamientos de objetos volantes no fabricados por el hombre. Finalmente, la lectura del libro El gran enigma de los platillos volantes, de Antonio Ribera, aparecido en 1966, me decidió definitivamente a investigar lo que había detrás de todo aquel fenómeno.
Porque desde el momento en que parecía existir y ser la manifestación de una inteligencia superior distinta a la nuestra, merecía la pena averiguar todo lo averiguable sobre la misma y conocer hasta sus últimos extremos la relación que podía existir entre esta otra inteligencia y nosotros.
Los ovnis como tales, simplemente lo que sus siglas indican: objetos volantes no identificados. Entre ellos, cabe incluir a una larga lista de objetos volantes que —por sus características y por el momento histórico en que hacen su aparición— no responden al nivel tecnológico de la correspondiente generación de la raza humana conocida. Su origen debe buscarse por lo tanto en otra inteligencia ajena a la de esta raza humana.
Hay que señalar que posiblemente nos estén visitando más de una comunidad inteligente extraterrestre o extrahumana. Al menos una o algunas de ellas sí, han estado sobre el planeta Tierra antes de nuestra aparición en el mismo, y continúan en él, o cerca de él, desde los orígenes de nuestra raza hasta hoy.
Lo explico atribuyendo estas distintas manifestaciones a un mismo fenómeno, interpretado de diferentes maneras por el correspondiente observador humano terrestre, de acuerdo con el respectivo caudal de conocimientos y por lo tanto puntos de referencia del mismo. Yavé —con todas las reservas y como hipótesis de trabajo— es un poderoso personaje que ejerce con determinado grupo humano un feudalismo cósmico sin detenerse en excesivos escrúpulos morales. No es más que un dominador que juega su papel en el marco de una mucho más amplia programación global en que se halla sumido nuestro planeta y nuestra raza.
Cuando éste haya cumplido su mayoría de edad y sea capaz de independizarse de su hogar, cual es el planeta Tierra. O sea, cuando se mueva familiarmente por el espacio exterior.
Les preguntaría cuál es su conocimiento del universo y del origen de la vida.
Han demostrado no querer aniquilarnos —podrían haberlo hecho de habérselo propuesto—, pero también han demostrado ser nefastos para muchos seres humanos. No representan un peligro total, pero en modo alguno puede afirmarse que sean pacíficos. Es posible que haya grupos pacíficos y grupos destructivos entre ellos. Parece haber una lucha entre dos bandos, de cuya lucha somos la víctima.
Tal como dice Manuel Pedrajo —y lo cito en mi libro Las nubes del engaño—: «En sus mensajes, nunca han contado un chiste…(son tétricos)
».
Desde el momento en que no se ha podido determinar aún de dónde parten los informes ni qué fin se persigue con los mismos, el asunto UMMO no está cerrado en absoluto 1.
Esto no es un confesionario, sino una entrevista que se dará a conocimiento público. Por lo tanto, si no me atreví a publicar ese supuesto dato, tampoco es éste el mejor momento.
De acuerdo con el investigador más serio que se ha dedicado a este tema, el americano Leonard H. Stringfield, los Estados Unidos guardan en su base aérea de Wright Patterson los restos de por lo menos dos ovnis estrellados. En mi libro Sobre el secreto hablo de la posibilidad de que los americanos hayan transportado a territorio estadounidense un artefacto de origen desconocido rescatado de un punto del territorio de fideicomiso norteamericano en el Pacífico.
Ni la más remota.
Recomendándole que leyera entre otros mis libros Las nubes del engaño (Crónica extrahumana antigua) y Fuera de Control (Crónica extrahumana moderna), que para eso precisamente los he escrito.
La que se deje de aspectos aislados del fenómeno (estadísticas, observaciones de campo, modos de contactar, mediumnidad, mesianismo, religión, evolución humana, mitología, etc.) y se dedique a observar y calibrar el fenómeno en toda su complejidad real. Habrá que echar mano ineludiblemente de la informática, de un elevado nivel crítico, pero también de la intuición y del nivel de sensibilidad emocional del observador o estudioso. Todo cuanto la máquina humana da de sí, debe ser puesto al servicio del esclarecimiento del fenómeno que se esconde detrás del ovni.
Porque cada español es su propio héroe. Y que dure, en bien de la validez de cada individuo por encima de la robotización del conjunto humano.
Los hijos no existen hasta el momento en que nacen.
El ser humano del planeta Tierra es un producto fabricado por seres inteligentes que poblaban el universo o parte del mismo mucho antes de nuestra existencia. Estos seres nos han puesto en el planeta que hoy poblamos y siguen controlando de cerca nuestra evolución. Nunca han dejado de encauzar sutilmente el curso de nuestra historia. El resto de mis conclusiones sobre este tema forma parte de mi actual silencio y será publicado en su momento oportuno. Puedo adelantar que no se vislumbra nuestra destrucción. En este aspecto soy optimista. pero tampoco puede afirmarse que nuestra condición sea halagüeña. dependemos, desde nuestra misma creación, de otros seres a los cuales desconocemos. Y eso es, como mínimo, preocupante. Contra esa dependencia nace en mí un brote de decidida rebeldía.
Responder a esta pregunta sería entregarle armas al enemigo. No me lo puedo permitir. Una sonrisa puede cambiar una vida, y un silencio también la puede cambiar. Pero uno debe seguir fiel a sí mismo, si quiere ser auténtico, independiente, y útil a la comunidad del universo.
Advertirán que éramos conscientes de que nuestra existencia no se limita a nuestro cuerpo físico, sino que forma parte necesaria del conjunto del universo.
1 Cabe recordar que este cuestionario fue realizado en 1985, mucho antes de que José Luis Jordán Peña remitiese en 1993 unas cartas a Rafael Farriols, en las que se confiesa autor del fraude. [subir]
Andreas FABER-KAISER, 1985.
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